La celebración del Día Internacional del Libro nos recuerda cada año la magia de la letra impresa y los beneficios de la lectura, pero también hace aflorar la reflexión sobre los retos a los que nos enfrentamos para fomentar el hábito de la lectura. En el momento actual dominado por las pantallas, la inmediatez y la reducción de la capacidad de atención, los libros son un antídoto que nos hace crecer en paciencia, capacidad de concentración e imaginación. Desde los colegios de la Red Educativa Internacional Parentes se presta especial atención a despertar el gusto por la lectura desde las etapas educativas más tempranas.

Una de las claves es sin duda fomentar el hábito de lectura desde una perspectiva lúdica, alejada de la mera obligación. Como decía Jorge Luis Borges “el verbo leer como el verbo soñar, y el verbo amar no soporta el imperativo”. Para ello es fundamental que la lectura se entienda como una diversión, como una forma de entretenimiento y esa perspectiva es algo que se empieza a cultivar desde casa, en primer lugar con el ejemplo de los padres, con un rincón dedicado a la lectura en el salón o con un momento del día reservado a contar historias. 

Pero para que sea efectiva esa labor que se inicia en casa debe encontrar un refuerzo sólido en el aula, especialmente durante infantil y primaria. Durante estas etapas educativas los programas y actividades de animación a la lectura pretenden continuar acercando al alumno a las maravillosas historias que encierran los libros, enseñándoles a cuidarlos, y sobre todos amarlos y disfrutarlos.

El verbo leer como el verbo soñar, y el verbo amar no soporta el imperativo. (Jorge Luis Borges)

Un sólido hábito de lectura mejora significativamente las capacidades lingüísticas y comunicativas del niño: su vocabulario es más rico, muestra mejor expresión oral y escrita, mejora su comprensión y le empuja a la reflexión. Además, las historias estimulan la inteligencia emocional y son beneficiosas para el desarrollo de la empatía. En definitiva la lectura es un pasaje para descubrir nuevos mundos, un potente estímulo para activar la creatividad en los niños y el desarrollo cognitivo.

Estas son algunas ideas que te ayudarán a fomentar la lectura en el aula de infantil y primaria:

1. Familiarizarse con los libros

La condición necesaria y evidente para poder leer es que haya libros alrededor, estar en contacto con libros. Por eso es importante reservar un rincón del aula para tener una pequeña biblioteca y planificar momentos en los que los niños puedan acceder a ellos. Asegúrate de tener libros visuales y atractivos, de decorar ese rincón e incorporarlo en las dinámicas de la clase.

2. Lectura escenificada

Es una forma divertida y de dar vida a las historias de los libros. El profesor puede escenificar la historia gesticulando, actuando al leer o involucrar a los alumnos para que interpreten diferentes personajes. Una forma de involucrar a la clase en la acción es haciéndoles pensar diferentes finales o variaciones de la historia, ayudando a estimula su imaginación de esta manera. Con los niños de primaria que ya han conseguido una mayor soltura leyendo pueden hacerse lecturas teatralizadas e incluso grabarles para que creen sus propios audiocuentos.

3. Taller de creación de cuentos

Los niños son grandes narradores de historias, que siempre nos sorprenden con su inocencia y originalidad. Dales la oportunidad de materializar sus historias en un cuento, la manera de hacerlo ofrece infinitas posibilidades. Desde un cuento colaborativo en el que todos los alumnos contribuyan con una parte de la historia, con dibujos o pictogramas, hasta cuentos inspirados en un dibujos u objetos. También puedes involucrar a las familias en esta actividad.

4. Miniclub de lectura

Al igual que en los clubs de lectura de adultos, este espacio consiste principalmente en analizar el libro y poner en común las opiniones y reflexiones de cada miembro, pero al trabajar con niños es importante que esto mismo se haga a través de actividades de carácter lúdico y distendido como un trivial sobre la trama, dibujar portadas alternativas o escribir que habría pasado si un personaje de otro cuento se hubiera incorporado a la trama.

5. Premio al gran lector

Las técnicas de refuerzo positivo son muy eficaces para modelar una conducta y asentar nuevos hábitos y rutinas. El hábito de la lectura no es una excepción. Una estrategia de recompensa es crear un cuadrante en la clase con todos los nombres de los alumnos y las semanas lectivas. Por cada libro leído se le entregará un gomet que pegará en su celdilla. El alumno con más libros leídos recibirá un pequeño regalo y el título de Gran Lector del Año.

 

El eje central de las actividades de animación a la lectura consiste en hacer partícipe a los alumnos de las historias y mundos que esconden los libros. Leer es una actividad intelectual que les ayuda a madurar neurológicamente y desarrollar habilidades lingüísticas, sociales y emocionales. La lectura es más que un pasatiempo: es la mejor arma para preservar la agilidad mental desde la infancia a la vejez, una gran compañera de vida, una escuela siempre abierta.